En su columna Piedra de Tranca publicada
este martes e intitulada "La próxima batalla", Marciano escribe que "el
16 de diciembre se probará si, como ocurrió en el pasado, las
presidenciales determinarán la suerte de otras elecciones como las
parlamentarias, las municipales y de alcaldes, las de gobernadores y
consejos legislativos regionales".
"La victoria de Chávez y el Gran Polo Patriótico que territorialmente fue aplastante, presagia que le costará mucho a una oposición desmotivada conjurar la amenaza latente. Porque la derrota que les propinaron Chávez y el chavismo a la MUD, a Capriles, al Comando Venezuela fue, además a un electorado engañado sistemáticamente en la campaña. Un electorado al que se le hizo creer que su opción ganaría. Que enfrentaba a un adversario que había perdido en la calle. Desgastado tras 14 años de ejercicio de poder. Que no tenía mensaje. Que su proyecto estaba agotado. Que su discurso era anacrónico. Que había fracasado como gobernante. Y que además, estaba enfermo".
"Con tantas ventajas a su favor, con un formidable aparato de propaganda y un apoyo mediático con el que nunca antes contó una oposición en el país, la imaginación de ésta voló por los aires y se creyó la falsa versión que descaradamente le vendían sus líderes. Porque la realidad era otra, diferente a la que publicitaban los líderes, al discurso a diario difundido. Para empezar, todas las encuestas, salvo la inefable Consultores 21 que daba a un Capriles venciendo a Chávez por quince puntos, decían que el Presidente contaba con sólido piso y superaba ampliamente al candidato de la MUD".
"Pero el candidato y su equipo ocultaban el resultado de las encuestas o arremetían contra ellas con ferocidad. El otro elemento vulgarmente manipulado por el candidato y su equipo fue el contraste entre las manifestaciones de Capriles, múltiples, pero discretas, y las de Chávez, que eran presentadas como precarias, producto del acarreo de gente con base en el ventajoso del gobierno. Ni siquiera el monstruoso miting de clausura de Chávez sirvió para abrirles los ojos a una oposición embriagada con las mentiras difundidas por sus dirigentes".
"Al final tenía que ocurrir lo que ocurrió. Y con ese plomo en el ala es que la oposición va al próximo duelo, el 16 de diciembre", concluye el columnista.
"La victoria de Chávez y el Gran Polo Patriótico que territorialmente fue aplastante, presagia que le costará mucho a una oposición desmotivada conjurar la amenaza latente. Porque la derrota que les propinaron Chávez y el chavismo a la MUD, a Capriles, al Comando Venezuela fue, además a un electorado engañado sistemáticamente en la campaña. Un electorado al que se le hizo creer que su opción ganaría. Que enfrentaba a un adversario que había perdido en la calle. Desgastado tras 14 años de ejercicio de poder. Que no tenía mensaje. Que su proyecto estaba agotado. Que su discurso era anacrónico. Que había fracasado como gobernante. Y que además, estaba enfermo".
"Con tantas ventajas a su favor, con un formidable aparato de propaganda y un apoyo mediático con el que nunca antes contó una oposición en el país, la imaginación de ésta voló por los aires y se creyó la falsa versión que descaradamente le vendían sus líderes. Porque la realidad era otra, diferente a la que publicitaban los líderes, al discurso a diario difundido. Para empezar, todas las encuestas, salvo la inefable Consultores 21 que daba a un Capriles venciendo a Chávez por quince puntos, decían que el Presidente contaba con sólido piso y superaba ampliamente al candidato de la MUD".
"Pero el candidato y su equipo ocultaban el resultado de las encuestas o arremetían contra ellas con ferocidad. El otro elemento vulgarmente manipulado por el candidato y su equipo fue el contraste entre las manifestaciones de Capriles, múltiples, pero discretas, y las de Chávez, que eran presentadas como precarias, producto del acarreo de gente con base en el ventajoso del gobierno. Ni siquiera el monstruoso miting de clausura de Chávez sirvió para abrirles los ojos a una oposición embriagada con las mentiras difundidas por sus dirigentes".
"Al final tenía que ocurrir lo que ocurrió. Y con ese plomo en el ala es que la oposición va al próximo duelo, el 16 de diciembre", concluye el columnista.
fuente: http://www.laiguana.tv/noticias
